INTELIGENCIA EMOCIONAL
https://prezi.com/omhqvdh7w9pw/inteligencia-emocional/
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL INDISPENSABLE EN EL NEGOCIADOR EXITOSO
Para empezar a hablar sobre Inteligencia Emocional , es necesario entenderla terminológicamente como la capacidad humana de sentir, entender, controlar y modificar estados emocionales en uno mismo y en los demás, no para ahogar las emociones, sino para dirigirlas y equilibrarlas.
Es pues la Inteligencia Emocional, una facultad en donde los negociadores reconocen sus propias emociones y aprenden a manejarlas, al mismo tiempo que se motivan y empatizan con la otra parte, consiguiendo buenas relaciones y el éxito en las negociaciones. Al igual que un campo labriego, es necesario cosechar la Inteligencia Emocional, cultivarla y mejorarla para poder obtener como resultado la capacidad de reconocer los propios sentimientos y los de los demás, donde finalmente se sabrá hacer una separación verdadera entre los problemas de las personas para manejar en forma óptima las relaciones entre todos.
La Inteligencia Emocional está compuesta por un conjunto de habilidades intelectuales ya sean cognitivas (que son las que se encuentran en el neocórdex del cerebro), o las emocionales (que son las que se hallan en el sistema límbico). El conjunto de habilidades cognitivas permiten que el negociador tenga una gran capacidad de análisis, síntesis, originalidad, habilidades lingüísticas, pensamiento conceptual y capacidad para solucionar los problemas con un pensamiento sistémico. A su vez, las habilidades emocionales, le brindan al negociador una serie de motivaciones intrínsecas que aumentan la confianza en sí mismo, permitiéndole mejorar su integridad. Cuando se habla de un buen negociador, aluden a nuestra mente valores como la integridad, el autocontrol, la perseverancia, la empatía y la atención.
Un buen negociador, busca que la otra parte no sea solo una parte más del negocio, sino que lo adopta como un colega o un casi amigo y para que la otra parte lo perciba así le muestra con delicadeza el camino que al que debe dirigirse, sin necesidad de asfixiarla.
La negociación considerada como un arte, también es reconocida en su metodología como una ciencia. Cuando se reconoce como arte, se encuentra la sensibilidad que tiene el negociador para saber cuando el cliente está a punto de tomar la decisión final de cierre, lo cual hace con carisma, astucia, personalidad, comunicación escrita y verbal, lenguaje corporal, química y liderazgo.
Basta aclarar que en el proceso de negociación, también deben tomarse en cuenta los factores que la pueden afectar. Estos son el tiempo, los poderes y la información. El tiempo puede ser un factor sumamente delicado ya que cuando se cuenta con poco del mismo para hacer el cierre del negocio, muchas veces los vendedores se olvidan del verdadero proceso de negociación lo cual puede llevarles a tener menos ganancias. En lo referido a los poderes de influencia, se habla sobre los estándares, la experiencia, la educación, los culturales, la imitación, la percepción, las alternativas, el tomar riesgos, la competencia, el precedente, entre otros. Aunque se dice que el estándar no es negociable, vale la pena aclarar que en una negociación todo es negociable. Por la parte de la experiencia y la educación, se pueden estar predispuestos ante una excelente hoja de vida, lo cual intimida en gran término el proceso de negociación, por ello se debe ver en cada uno, esa imagen de persona común y corriente con la cual es posible negociar en forma acertada. Conocer la cultura, puede dar un avance de cómo puede reaccionar una persona ante cualquier tipo de negociación. La imitación, da a la otra parte la impresión de que está negociando con alguien con similares bases y entendimientos, lo cual le genera más confianza. La percepción está referida a como vemos y como nos ven en el proceso de negociación.
Todos somos negociadores, pero necesitamos entrenar nuestro intelecto y nuestro sentir para que sea nuestro fuerte la habilidad de comprender y llevar a la otra parte por el camino más conveniente para ambos. Cuando manejamos adecuadamente las relaciones interpersonales y logramos manifestarlas como adecuadas, estamos haciendo uso de nuestra Inteligencia Emocional.
Es necesario entrenar el desarrollo de las aptitudes emocionales para poder desarrollar esa capacidad de manejar las emociones idóneas para cada acción, regulando sus manifestaciones tanto en nuestro lenguaje corporal como el verbal, que se transmiten en estados de ánimo que generan actitudes y respuestas positivas.
Esforcémonos para que la Inteligencia Emocional sea el objetivo a alcanzar en todos los campos de acción en los que desempeñamos, para vivir en convivencia y en prosperidad.
Ensayo elaborado por Claudia Patricia López y Jamerly Lorena Alzate
